Si estás leyendo estas líneas es más que probable que estés pensando en recurrir a una pistola de pintura para pintar paredes, techos o cualquier objeto.
También que no lo hayas hecho nunca y quieras saberlo todo para conseguir el mejor resultado a la primera.
Pues bien, si este es tu caso te interesa saber que, aunque la técnica de la pistola de pintura no es complicada, es importante tener en cuenta una serie de puntos antes de ponerse manos a la obra.
Así que si quieres saber cómo usar una pistola de pintura paso a paso y conseguir resultados profesionales, no te pierdas las próximas líneas.
Pasos para usar la pistola de pintura
Protege la zona con plásticos y cinta de carrocero
Lo primero que vas a necesitar es comprar un rollo de plástico protector y cinta para proteger todas las áreas susceptibles de salpicarse, como por ejemplo los pomos, las lámparas o los enchufes.
Para estos últimos puedes cortar la cinta que necesites y colocarla directamente sobre ellos. Para las ventanas y los objetos grandes a proteger puedes cubrirlos con plástico protector primero, y lo pegas bien con ayuda de la cinta, después.
Recuerda recubrir con plástico la superficie de suelo sobre la que vas a trabajar y retirar todos los muebles para disponer de un área de trabajo amplia y sin obstáculos. Algo fundamental para poder conseguir buenos resultados.
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Prepara la pintura para la pistola
Una vez protegido el espacio de trabajo, procede a abrir el recipiente y, con la ayuda del removedor de madera, remover la pintura.
En cuanto la hayas movido un poco, busca la copa de viscosidad que incorpora la pistola de pintura y mide la densidad de esta. Si está excesivamente densa, aligérala agregando un 10% de agua y removiendo un poco la mezcla.
Reducir la densidad de la pintura es algo habitual cuando se pinta con pistola, para facilitar su aplicación posterior.
Prepara la pistola de pintura
Aunque no todas las pistolas de pintura son iguales, lo cierto es que la gran mayoría comparten sistema de funcionamiento.
El primer paso debe ser elegir la boquilla que mejor se ajuste al tipo de pintura que se va a utilizar. Una vez elegida, la colocas en la base central de la pistola.
A continuación, en la parte inferior de la base, pon el tubo de aspiración. Posteriormente, colócalo sobre el recipiente de pintura y enróscalo hasta que se quede cerrado herméticamente.
Ajusta el mango de control de flujo a la base, conéctalo al motor mediante la manguera y enchufa el aparato a la corriente eléctrica.
Por último, antes de empezar a pintar, haz una pequeña prueba sobre un trozo de cartón o material desechable para controlar el flujo de salida y escoger la anchura de pulverización deseada.
Empieza a pintar con la pistola
En cuanto todo esté listo para empezar a pintar, cuelga el motor de la pistola del hombro, pasándote la banda por encima de la cabeza previamente, para poder manejarla fácil y cómodamente.
Te aconsejamos que empieces escogiendo un flujo de pintura medio y lo vayas incrementando, en el caso de que sea necesario. Haz lo propio con la anchura de la pulverización.
En el caso de que vayas a pintar una pared, empieza pulverizando las áreas más cercanas a las ventanas y los rodapiés. Y es que lo más cómodo y seguro es, siempre, pintar de fuera hacia dentro.
Una vez hayas pintado toda la pared, todo el techo o toda la superficie del objeto, deja que se seque durante no menos de una hora y aplica una segunda capa. Al finalizar esta segunda ronda, vuelve a darle un tiempo para que se seque.
Limpia la pistola de pintura
En cuanto finalices tus tareas de pintura acuérdate de limpiar la pistola para evitar que la pintura se seque y tengas que quitarla de forma mucho más costosa cuando llegue el momento de volver a utilizarla.
Lo ideal es limpiar todas las partes por separado: el cartucho de pintura, el tubo de aspiración, las boquillas…
Empieza dejándolas en remojo durante unos minutos y, posteriormente, con la ayuda del cepillo y del resto de accesorios de limpieza que incluye tu pistola de pintura, quita bien la suciedad de hasta la última esquina de cada uno de los apliques.
Acaba aclarando todos los elementos con abundante agua.
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Retira los elementos de protección
Ahora que ya has acabado de pintar, has limpiado tu pistola de pintura y has dejado un tiempo prudencial para que se seque la pintura, llega el momento de retirar todos los plásticos protectores y la cinta que colocaste antes de empezar a pintar.
Coloca los muebles, aparatos eléctricos y el resto de objetos de decoración en el lugar que estaban y listo.
En cuanto tengas que volver a pintar bastará con buscar el cajetín donde guardas tu pistola de pintura y repetir este sencillo paso a paso.
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