La instalación de un azulejo puede parecer delicada, ya que requiere un buen manejo de herramientas y materiales, así como precisión y método. La calidad del acabado se basa en una buena preparación de la superficie a alicatar y en el cuidado en cada una de las etapas del proceso. ¡Sigue la guía!
Las herramientas adecuadas para un buen trabajo
¿Has encontrado finalmente los azulejos de tus sueños? Tómate el tiempo de reunir todas las herramientas y materiales necesarios antes de comenzar:
- Mortero adhesivo.
- Mortero para juntas.
- Herramientas de corte adecuadas: cortadora de azulejos, amoladora angular, alicate de punta plana…
- Cuñas para juntas.
- Paleta.
- Peine para pegamento.
- Mazo de goma.
- Rascador.
- Esponja.
- Cubo.
- Regla de albañil.
- Nivel de burbuja.
- Metro.
- Lápiz.

Cómo comenzar la instalación de azulejos
Después de haber adquirido estos diferentes accesorios, ahora puedes pasar a la acción. Asegúrate de seguir cuidadosamente todas las etapas del proceso para obtener un resultado óptimo y recuerda usar rodilleras para proteger tus articulaciones.
Prepara tu suelo
La superficie a alicatar debe ser necesariamente sólida, plana y lisa. Arma de paciencia y limpia tu suelo hasta el último rincón, con el objetivo de eliminar las asperezas y quitar el polvo del revestimiento que servirá de soporte para el azulejo. Si el suelo sigue siendo irregular a pesar de todos tus esfuerzos, será necesario nivelarlo para obtener la planitud deseada.
Ajusta tu plan de instalación
Llamado «calepinage» por los profesionales, el plan de instalación consiste en materializar, en forma de dibujo, la disposición de los azulejos en la superficie a cubrir. Este trazado permite determinar la dirección de la instalación y optimizar los cortes, ahorrando tiempo valioso durante la instalación. Idealmente, el calepinaje se puede realizar antes de comprar los azulejos para evaluar con precisión la cantidad necesaria.
Realiza una instalación en seco
Existen múltiples tipos de instalaciones de azulejos: instalación recta, instalación en diagonal, instalación desplazada, instalación en espiga, instalación a rombo… Aquí presentamos el método más común, conocido como instalación recta.
Desde la entrada principal de la habitación, traza en el suelo una línea perpendicular que llegue hasta la pared opuesta con la ayuda de una regla de albañil y una escuadra. Si la puerta no está ubicada en el centro de la habitación, toma como referencia el centro de la pared. Luego, alinea una primera fila de azulejos completos a lo largo de esta línea, sin olvidar colocar cuñas en cada esquina para tener en cuenta el ancho de las juntas.
Cuando se haya colocado el último azulejo completo, alinea con el borde exterior para trazar una segunda línea perpendicular a la primera. Es en la intersección de las dos líneas donde pegarás el primer azulejo.

El paso del pegado
Prepara el mortero adhesivo siguiendo las instrucciones del fabricante. Aplica una capa de adhesivo con la paleta a lo largo del trazado en toda la superficie correspondiente a la primera fila de azulejos, sobresaliendo ligeramente. Alisa el material con el peine de adhesivo para garantizar una buena adherencia.
Coloca el primer azulejo en la intersección de las dos líneas y dale unos golpes suaves con el mazo para anclarlo bien. Coloca una cuña en cada esquina del azulejo y repite el proceso para toda la fila, controlando regularmente la planitud del azulejo con la regla de albañil.
Cuida de los cortes
Una vez colocada la primera fila de azulejos, concéntrate en la que bordeará la pared, ya que aún es fácilmente accesible. Mide las dimensiones que necesitarás, teniendo en cuenta la junta, y transfírelas a un azulejo. Una cortadora de azulejos te permitirá realizar cortes muy limpios. Para los cortes redondeados, necesitarás otras herramientas como una amoladora angular y una pinza de loro.
Coloca las juntas
Deja secar el adhesivo durante 24 horas, asegurándote de no caminar sobre tu azulejo, y aprovecha para descansar antes de la etapa final.
Quita todas las cuñas y luego prepara el mortero para juntas. Colócalo con la paleta en una superficie de aproximadamente 2 m² y extiéndelo con el raspador de goma. Haz lo mismo para todas las juntas. Veinte minutos después, alisa las juntas con una esponja húmeda. Eventualmente, algunos trapos secos te ayudarán a eliminar el velo de cemento.